"Las trece Rosas"


El día 21 de noviembre de 2007 acudí a una sala de cine para ver la película 'Las Trece Rosas', en honor a todas aquellas personas que murieron durante la guerra y posguerra de España, y especialmente a estas trece revolucionarias. Estabamos solamente 10 personas en la sala. Y entre ellas... yo. Intuyo ser la más joven. Fui sola, como otras muchas veces pero, esta vez, un apretón de manos, una intercalación de suspiros y más ojos llenándose de lágrimas me hubieran ayudado a sobrellevar mejor la historia de nuestra España. Aún asi, no me sentí sola.
A la salida del cine, como siempre conté con el apoyo fundamental de mis padres y sus amigos que, aún teniendo claramente ideologías políticas diferentes llegamos a conseguir una conversación constructiva y llena de respeto.
Las facilidades de información que nos proporcionan hoy en día las personas preocupadas por las realidades del momento, el recuerdo de la historia de España es una de ellas. No sólo nos ayuda a reflexionar a aquellas personas que como yo no hemos vivido en las décadas de los años 30 y 40 sino que a los que vivimos desde los años 50 en adelante, también.
Aquellos que tenemos la fortuna de estar cerca de nuestros abuelos, con sus opiniones de cómo está el mundo hoy por hoy es suficiente para imaginar sus vidas con nuestras edades.
Afortunadamente España ha evolucionado mucho políticamente hablando y los papeles han cambiado. Ahora los unos no tienen por qué ser los pobres ni los otros tienen por qué ser los ricos. Los unos no tienen por qué ser los perdedores y los otros no tienen por qué ser los vencedores. Todos deben asumir el papel de escuchar y replicar en la zona de oposición y, con ilusión y trabajo responsabilizarse de su papel en el Gobierno.
Es necesaria la existencia de las distintas formas de pensamiento para mantener vivo el arte de hacer política. Ahora las ideologías se van haciendo fuertes y la valentía de luchar por causas justas se hace, poco a poco, más latente en el país, aspecto activador para mantenernos unidos.
Lógicamente, no me voy a molestar en expresar la dedicación de los indivíduos que se creen que estamos en plena batalla callejera de antaño y les gusta hacer película de hechos pasados utilizando la soberbia y la manifestación violenta. Estos, no se merecen más de dos líneas. Ya sean grupos terroristas o no, disciplina que no corresponde a este texto.
Esta nueva España es nuestra, y la bandera (roja-amarilla-roja) nos tiene que identificar a todos. Convivir en un país que está en camino de que todos sus ciudadanos nos demos cuenta que los papeles
políticos ya no son los que eran y afortunadamente no son los que serán...es cuestión de evolucionar en el pensamiento y liberar las mentes para convivir entre ideas simplemente diferentes. Es un trabajo nuestro... es un trabajo para todos los españoles que gozamos de estar aún vivos. Fácil si cada uno de nosotros nos lo proponemos. Sencillamente se trata de querer a España y a los españoles, con la cabeza bien alta, sin complejos, sin redencillas y pensando como queramos. Entre todos, cada uno de nosotros estamos aportando un granito de arena para la construcción de una España Moderna con todo lo que ello supone.
El Mundo no es tan grande si seguimos avanzando en sanar pensamientos que a todos nos cuesta olvidar. Pero para sanar, en mi opinión, hay que recordar. Esforzándonos por pasar de un pais a otro con la sencilla idea de aprender y adaptarnos a la diversidad cultural, política, social e intelectual. Sin darnos cuenta estamos construyendo la libertad que todo ser humano desea.

Aprender de los errores pasados será aprender de nuestros errores. Es seguir trabajando para mantenernos en vanguardia...siempre.



¡Sigamos inventando!...que este recurso nada ni nadie nos lo puede replicar.


Mar Molina

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