Abanicos de colores
Un murciélago le inspiró en los largos días de Japón.
Las plumas de un pavo real fue la belleza española que le creó.
Con marfil y plata mueve el aire las calurosas noches europeas.
Con madera calada y pintada, el Sol naciente de Oriente le invita a seducir.
Son mil y un movimientos por la sensual armonía del abanico,
que con el movimiento de tus manos conforma la diversidad de sus colores,
alianza lo común entre dos culturas.