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"Al alejarse de lo destructivo se dio cuenta que nunca había estado allí. Su mente era la única intangente que le estaba haciendo daño. Ahora se da cuenta del poder de su mente y se entristece de su tiempo perdido."
Mar Molina (Córdoba, 1977) le pone sonido a todas las almas desde su propio latido. Solo el estímulo es capaz de transmitir en equilibrio con la razón, la solidaridad y la destreza. Ella nos quiere salvar con su pluma… Escritura social en la crónica de la sociedad postmoderna, mudable y, con frecuencia, ególatra. Aprendemos del tropiezo, del análisis, de ese empirismo sociológico: la llaga y la sal nos hacen madurar con la dulce cicatriz de la experiencia.