"La puerta de los dioses"

Cuando Dios no quiere verme sufrir,
con ayuda de los relámpagos y truenos,
Él llora sobre mí,
y mi vida, vuelve a ser tranquila y feliz.

Mis huesos y mi piel vuelvo a sentir;
para recordarme que aún me queda mucho tiempo que vivir.


En el segundo día de verano,
a mi edad de 33 años,
la pureza de mi alma,
se la debo tan sólo a Él.

Mar Molina, 22 de junio de 2011.

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