Pensamientos para mi madre.

Te pido perdón por amarte tanto,
por hacerte reír,
por nunca discutir contigo,
por ser la mejor hija del mundo,
por hacerte llorar,
por hacerte sufrir,
por no ver la vida al mismo ritmo que tú,
por no hablarte,
por escucharte,
por no compartir tus esperanzas,
por angustiarte,
por tranquilizarte,
por cuidarte,
por reñirte,
por no saber consolarte,
por no querer preguntarte,
por preferir sentirme bien antes de pensar en ti,
por no apreciar lo suficiente tus cinco sentidos en la cocina,
por toda la ropa que me cuidas,
por todo el mimo que das en nuestra casa,
por no compartir tanto como quisiera nuestros mismos gustos culturales,
por no ponerme en tu lugar como antes lo hacía,
por no entender tus risas,
por haber llegado a reirme de lo que antes no entendía.
Te doy las gracias por tu dureza en la enseñanza para elegir a mis amigos,
por poderlos compartir contigo,
por reírme con tus ironías,
por preguntarme,
por soportar mis cambios de humor,
por pensar en mí,
por mentirme,
por no transmitirme tus duelos,

Te pido perdón por no celebrar contigo tu 60 Aniversario; con la desigualdad y culpabilidad de haberlo hecho solamente con mi padre.


Mar Molina, 11 de octubre de 2011