CLOE

Como si no hubiera un mañana. La lluvia y el viento invitaban a bailar a los bosques. Nos quedamos en casa. El fuego contrasta con la tempestad de la mañana. Ella no me conoce. Hace tiempo olvidó quién es. Curiosamente intuye el malestar de los animales que, corren para resguardarse del frío. Me abraza. Siente la compañía de mis manos que acarician su viejo pelo. Vieja como la encina que se divisa desde la ventana, su mejor amigo. Milenario tronco que conoció su consciencia y donde queda marcado para siempre su nombre; Cloe, la eterna.

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