Cómo partes de una máquina de escribir

Se hacen eternas
las palabras que inventamos al escribir.
El corazón se va haciendo más fuerte
pero la dulzura del alma
permanece sensible,
y arrastra a enamorarme de tus sílabas,
cada vez que me regalas una vocal.

Con suavidad acaricio tu armazón;
hasta que mis manos se humedecen,
cómo cuando dos cuerpos se unen
en flujos de placer...
Hasta que me coronas pasadas las horas
derramandote en infinitas cintas de tinta.

Sale de ti... y de mí...
Ese hijo que alentamos
en bandejas de plata y teclas divertidas
que toman aliento desde nuestros ombligos.



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