Inspiración P a l m a 3

Se nos olvidó sentir la caricia comprometida.
Con las manos temblorosas, te acercas a mí con el dudoso deseo de rozarme. Pero te vas. Prefieres observar desde la rama, como el gato herrumbroso cortejando a una ninfa voladora.
Yo quiero que me toques, que me aprietes y, si me voy, que sea con tu olor. Y es que, desde el sufrir de lo anhelado, uno se levanta cuando las llagas se secan.
Pero tú, te quedas en el dolor sangriento. En la constancia de las heridas mojadas; muriendo de hambre muy lentamente. Creyendo que el amor, si no duele, no es amor.

Entradas populares

A r d e

V e r