V o l a r


Vivimos entre nosotros temiéndonos.
Nos enseñan que, en el amor, hay que jugar.
Jugar a no decir lo que se siente
para mantener una cierta sensación de intriga.
Qué miedo.
Yo eso no lo quiero.
Yo prefiero desnudar mi alma despacito con la palabra; aunque me cueste.
Y es que,
yo ya no tengo tanto miedo.
Miedo a que sepas con o sin palabras,
que soy feliz.
Tengo una alta expectativa desde que aprendí a vivir de verás y es que,
no concibo estar en este mundo
si no te digo lo que de dentro nace.
Sobre todo, cuando madura bonito.
Ya no me da miedo a que tú lo sepas.
Que te mire y me descubras.
Que te guste lo que digo sin alejarte de mí.
Libre. Sólo si tú quieres venir.
Y es que, lo que a mí sí me da miedo
es que nunca te lo muestre.
A que juntos vivamos una mentira
llena de amor sin expresar.
Por miedo.
Tengo alas para volar,
y ellas son la libertad de decirte a la cara que me gustas de verdad.
Que te pienso hoy, aquí y ahora.
Sin más.
Sin miedo.

Entradas populares

A r d e

V e r